Bueno viejo, alguno tenía que hacer punta... cúantos tenemos nuestros desvaríos seudoliterarios... Siempre se puede ignorar una entrada inane.
Sentado
Sentado, a tus espaldas el río corre.
Sentado, el viento despeina los fresnos.
Lleva y trae secretos del presente que no huye
jamás de tu mirada.
Sentado, el sol sale sobre tu hombro;
admirando tu propia sombra que se acorta
y se resume en nada al mediodía obsceno
que te desnuda, especulas brillos.
Tenue es la esperanza que no hay,
frágil el desamparo de tus miembros,
inútil tu soy, pero no siempre,
de delgada presencia ensimismada.
Sentado, no ves la flor en la mano tendida,
ni el vapor que sube de la hornalla,
ni el olvido al que te condenas,
ves tu sombra, sólo tu sombra recortada.
No hay cálido abrazo ni ceniza
de fuego compartido atizado
por tu silueta esquiva de altibajos
ni fantasma errante que te lleve
por mundos sutiles al ocaso.
1 comentario:
ni fantasma errante...
muy sentidos párrafos, de una profundidad única, sigo creyendo que lo mejor de tus escritos debe ser lo que guardas en tu caja de pandora, un placer leerte!
abrazos oso!!!
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