jueves, 31 de enero de 2008

Agarrensén

Bueno viejo, alguno tenía que hacer punta... cúantos tenemos nuestros desvaríos seudoliterarios... Siempre se puede ignorar una entrada inane.


Sentado


Sentado, a tus espaldas el río corre.

Sentado, el viento despeina los fresnos.

Lleva y trae secretos del presente que no huye

jamás de tu mirada.

Sentado, el sol sale sobre tu hombro;

admirando tu propia sombra que se acorta

y se resume en nada al mediodía obsceno

que te desnuda, especulas brillos.

Tenue es la esperanza que no hay,

frágil el desamparo de tus miembros,

inútil tu soy, pero no siempre,

de delgada presencia ensimismada.

Sentado, no ves la flor en la mano tendida,

ni el vapor que sube de la hornalla,

ni el olvido al que te condenas,

ves tu sombra, sólo tu sombra recortada.

No hay cálido abrazo ni ceniza

de fuego compartido atizado

por tu silueta esquiva de altibajos

ni fantasma errante que te lleve

por mundos sutiles al ocaso.

Néstor (julio 2007)

1 comentario:

Anónimo dijo...

ni fantasma errante...
muy sentidos párrafos, de una profundidad única, sigo creyendo que lo mejor de tus escritos debe ser lo que guardas en tu caja de pandora, un placer leerte!
abrazos oso!!!