miércoles, 16 de enero de 2008

Bobby y Fidel


Agosto de 1965. Luego de 2 años de retirado de los torneos internacionales Bobby Fischer fue invitado a jugar en el Memorial Capablanca de La Habana. El gobierno norteamericano no le permitió anotarse, pero Fischer consiguió hacerlo por télex. Castro, excesivamente locuaz, atribuyó a una victoria propagandística la participación del genial Bobby. Éste se enojó y exigió a Fidel un telegrama y un compromiso público de no intentar obtener capital político de su participación, si no no participaría. Cuba, contestó tozudo Castro, no necesita victorias propagandísticas. "Si está asustado... Sería mejor encontrar otra excusa". Fischer accedió a jugar y salió segundo. Finalmente hasta analizaron juntos algunas partidas...

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