miércoles, 23 de enero de 2008

800 Balas.


"En la vida hay momentos jodidos, pero jodidos de verdad; mucho más de lo que tú te puedas imaginar. Ésos no hay Dios que te los quite. Hay que aprovechar los intermedios entre putada y putada. No divertirse cuando uno puede es el mayor pecado del mundo".
Julian


El poblado de Texas-Hollywood está a cuatro patadas de Tabernas, en Almería. Se construyó hace tres décadas. Es el único decorado del Oeste que todavía conserva su estructura original. Allí se han rodado películas como El bueno, el feo y el malo, Hasta que llegó su hora, Shalako, Los siete magníficos, Las petroleras, Ana Caulder, La colina de las botas, Indiana Jones y la última cruzada, La vuelta de El Coyote y la teleserie Reina de espadas. Es decir, que Clint Eastwood, Brigitte Bardot, Yul Brynner,Claudia Cardinale, Terence Hill, Raquel Welch, Sean Connery, Lee Van Cleef, Charles Bronson, Bo Derek, Harrison Ford y Mar Flores se han paseado por sus calles disfrazados de vaqueros, pistoleros, aventureros y chicas de saloon. Que a nadie le extrañe, pues, que a pesar de la abundante presencia de caballos, camellos y bisontes, en este lugar huela a auténtico cine de género. Es más, cuando ningún equipo autóctono o foráneo está rodando, los propios empleados de la casa se encargan de protagonizar espectáculos de acción en vivo para entretener a los visitantes de pago (que los hay) y mantenerse en forma ellos mismos y sus monturas.
800 BALAS se rodó en Almería y Madrid, desde finales de enero a finales de abril del 2002. Texas-Hollywood es su localización principal. La cinta empieza a lo grande. En los primeros minutos, aparece una diligencia perseguida por unos cuatreros. Esta escena de acción, trepidante, culmina con la muerte de uno de los bandidos, arrollado por los caballos y las ruedas del vehículo. Enseguida descubrimos que todo esto sucede durante el rodaje de un western setentero. El bandido era, en realidad, un especialista; el accidente, sin embargo, no formaba parte de ningún montaje. Suena entonces una versión guitarrera de El bueno, el feo y el malo, de Ennio Morricone, a cargo del mítico dúo de rumba pop catalana Los Amaya. Finalizado el prólogo, comienza la historia propiamente dicha, ambientada en la actualidad: Texas Hollywood es un polvoriento poblado del Oeste donde hace ya décadas que no se ruedan películas. Allí malvive JULIÁN (Sancho Gracia), un veterano especialista de cine que está de vuelta de todo. A su lado trabajan otros marginados y nostálgicos sin remedio: CHEYENE (Ángel de Andrés), el pistolero cobarde; MANUEL (Manuel Tallafé), el doble temerario; ARRASTRAO (Enrique Martínez), el jinete sin suerte; AHORCADO (Eduardo Gómez), el colgado triste; ENTERRADOR (Luciano Federico), el italiano gafado; DON MARIANO (Ramón Barea), el dueño del poblado... y media docena de gitanos disfrazados de indios. Todos ellos se ganan el sustento recreando patéticas escenas de acción para los escasos turistas guiris que visitan la zona.
De la noche a la mañana, las existencias de estos pobres diablos dan un vuelco de ciento ochenta grados con la aparición de CARLOS (Luis Castro), un niño que asegura ser nieto de Julián. Mientras la abuela del crío, ROCÍO (Terele Pávez), se desespera en su nuevo chalet de dos plantas, su madre, LAURA (Carmen Maura), una ejecutiva agresiva, decide enfrentarse de una vez por todas a los fantasmas del pasado. Para ello cuenta con el apoyo incondicional -e interesado- de su socio SCOTT (Eusebio Poncela), un tiburón de las finanzas. A partir de este punto sin retorno, las heridas mal cicatrizadas se combinan con la especulación inmobiliaria en una tormenta tragicómica de imprevisibles consecuencias. ¿Serán suficientes 800 BALAS para defender una forma de vida basada en la más pura de las fantasías cinematográficas?

Esta es la peculiar manera que tiene De la Iglesia de introducirnos de cabeza en el universo tragicómico de su sexto largometraje, el primero que se financia a sí mismo a través de una productora con nombre temerario: Pánico Films. La estética de 800 BALAS es espectacular: scope puro y duro. El tono, arriesgado. El humor, contundente. Las referencias, equívocas. Por fuera, parece una del Oeste; por dentro, pellizca las zonas sensibles. Como en anteriores obras del realizador vasco, los protagonistas son unos desheredados de la Tierra. Todos ellos malviven inmersos en un viejo decorado de western, comportándose como personajes de ficción, ajenos al hecho de que no hay ninguna cámara que les esté filmando. Bueno, ninguna no, porque ahí está la de De la Iglesia, dispuesta, como siempre, a captar la lucha entre dos mundos irreconciliables: realidad y ficción.

En los años sesenta y setenta se rodaron en Almería y alrededores centenares de películas del Oeste. Eran filmes de inspiración americana, pero de manierismo europeo. El término spaghetti western englobó a la mayor parte de estas producciones, aunque sería más exacto utilizar el de eurowestern. Muchos españoles participaron activamente en la consolidación de este subgénero tan pintoresco; sobre todo, especialistas. Con el tiempo, por desgracia para los fans del auténtico cine de barrio, este tipo de películas dejó de hacerse, y los especialistas fueron quedándose sin trabajo. Unos se buscaron la vida como pudieron; los demás se quedaron colgados de los recuerdos. Julián, el personaje que interpreta Sancho Gracia en 800 BALAS, pertenece a este segundo grupo.

El texto està extraido del sitio de la pelicula.

les dejo algunos links de youtube para que tengan una muestra y les den ganas de verla.
El tràiler:
http://www.youtube.com/watch?v=MQXs0NiBLtM&feature=related
Titulos iniciales... la recordada musica de "El bueno, el malo y el feo", en version flamenca
http://www.youtube.com/watch?v=9HupmleLuCs

y nada màs.

Si alguna vez les gustò el western "spaghetti", ese hecho por italianos; acà tienen un homenaje.

German

1 comentario:

Anónimo dijo...

de diez! una recopilación de la talla de mi gran vermis!